El humo: causa principal de las muertes relacionadas por incendios
El 75% de las muertes por incendios se produce por la inhalación del humo, y no por el fuego ni las quemaduras. Este es un porcentaje muy significativo.
La intoxicación se produce cuando se respiran los productos tóxicos producto de la combustión del fuego. La inhalación por humo (mezcla partículas en combustión y gases) puede dar lugar a graves problemas respiratorios, con grave riesgo de muerte, o irritaciones menores en las mucosas respiratorias.
La gravedad va a depender de si el incendio se da en espacios cerrados, la combustión de determinados materiales con sustancias asfixiantes, el tiempo que la víctima haya estado expuesta al fuego y su historial de enfermedades respiratorias.
Hay diferentes maneras en la que el humo puede dañar el organismo:
● Daños a nivel celular: producidos por los tóxicos en combustión.
● Asfixia: la combustión consume el oxígeno que hay, que se reduce a unas concentraciones por debajo del 15%.
● Quemaduras en las vías respiratorias: con inflamación rápida de los tejidos que se han quemado, pudiendo obstruir el flujo de aire a los pulmones.
● El humo no solamente acaba con el oxígeno disponible, ya que también lo hace con la capacidad del organismo para transportar el oxígeno a la sangre, dando lugar a hipoxia tisular.
Los responsables de esta disfunción son los tóxicos principales que hay en el humo: el ácido cianhídrico y el monóxido de carbono. El humo también puede llevar otros tóxicos, como el fosgeno, la acroleína o el ácido clorhídrico, que actuarán como irritantes de las vías respiratorias, complicando mucho más el cuadro. Su composición exacta ha de variar función de los objetos quemados, la cantidad de oxígeno disponible, la temperatura del fuego, etc.
La muerte por inhalación de humo es normalmente rápida. Algunos de los síntomas de la intoxicación son falta de aliento, tos, ronquera, irritación ocular, dolores de cabeza, presencia de hollín en garganta y fosas nasales, cambios agudos en el estado mental (mareos, confusión) y pérdida de conocimiento.